viernes, 20 de abril de 2007

Hasta mañana

Hace unos años, en la Revista "vivir mejor", salió un articulo de un tal Gustavo, un perro viejito que hizo su carta de despedida. Me pareció muy triste, pero esto es para los que dicen lo que los perros no hablan, se van a dar cuenta que no les hace falta. "Una mirada vale mas que mil palabras".
Soy Gustavo, pero me dicen. Gusi. Aunque no soy un Gusi cualquiera, soy un Gusi de Clínica. Muchos años fui un Gusi callejero, hasta que un día me di cuenta de mí otra vocación: ¡Ser un Gusi de Clínica!

Ojo que no cualquiera lo es porque se trata de algo con lo que se nace, no se hace. Y más si se trata de una Clínica tan especial: ¡algu­nos no quieren comer y otros quieren pero no lo deben hacer!

Volviendo a los Gusis, hay algunos que son gusis -gusis, otros son guardianes, o falderos, o de com­pañía, o de caza (esos no me gustan), de exposi­ciones de belleza, o de correr, u otras cosas. Cada uno con lo suyo. Yo, con lo mía. Quiero aclarar, para no generar desilusiones, que para ser Gusi de Clínica es conveniente, a mi pare­cer casi necesario, ser justo, serio, observador, res­petuoso, y de perfil bajo. No destaco el dar amor porque eso lo sabemos hacer todos los Gusis. Justo: Para repartirse entre todos los que uno quie­re y lo quieren. Estar un poquito en cada lugar, tra­tando que ninguno se ponga celoso. No negaré que tengo predilecciones, especialmente entre los "pacientes”. ¡Pero ni las pienso confesar! En mi caso, siempre fui de elegir mis afectos. No es de buen Gusi prodigarse con todos. Por eso sé diferenciar mis amigos de mis conocidas y evito dar afecto donde no lo corresponden. Sé también que cada uno quiere, a su manera.

Serio: Porque la salud no es cosa de bromas, a los pacientes hay que cuidarlos y quererlos y no se puede andar saltándole a todo el mundo. Observador Porque hay que estar dispuesto a apren­der. Hay normas y horarios que cumplir. A la maña­na, por ejemplo, recibo puntualmente a todos a medida que van llegando. También hay disciplinas que respetar (yo, a la noche siempre volví a dormir después de mis paseos por cualquier lugar de Buenos Aires). Hay lugares que conservar limpios y en orden. En resumen... reglas que observar. Por ejemplo: Un Gusi de Clínica debe mirar todo para no perder el afán de superación: para ser el mejor que uno pueda llegar a ser. Aprendo mucho de ellos y ellos dicen que también les enseño. Dicen que mi presencia les da serenidad, que mi humil­dad es casi contagiosa. Que soy un Gusi "asertivo" (¿Qué será?) y que soy un Gusi muy personal. La verdad... ¡exagera!

Soy como soy, y me gusta. Pero sigo observando todo porque quiero llegar a ser lo mejor que pueda. Respetuoso: Porque no a todos les gustan los perros. Porque hay que ser silencioso, no ensuciar, golpear la puerta para entrar y para salir, esperar el turno en el ascensor y si se tienen ganas de ensuciar o de pelear ir a la calle.

Mantengo perfil bajo por que uno es parte de un equipo, y esto lo cumplo como corresponde. La elección de dónde ponerse es importante. En las reuniones de equipo conviene acomodarse bajo una silla y escuchar. Cuando son de pacientes es posible distraerlos un rato... ¡ya basta con que no comen mucho! En las oficinas el lugar adecuado es bajo el escritorio.

No sé si soy muy simpático, pero sí soy libre e independiente, y por eso sé quiénes me quieren y quié­nes más o menos (aprendí que los "autónomos" no siempre caemos bien). Pero bueno, mi misión en el mundo ¡no es agradar a todos!

En fin. Dicen que hago bien mi tarea, y hace mas de diez años que soy cuidado y los cuido, les traigo suerte, los entretengo, los lleno de amor, alegría, anécdotas y orgullo.

¡Diez años! ¡Ni les cuento todo lo que vi y escu­ché! Las Clínicas suelen ser lugares de confiden­cias. Pero ni una palabra salió de mí. No porque no las tenga. Dicen que a algunos Gusis sólo les falta hablar. Yo nunca lo sentí. Siempre me entendieron y entendí todo.

Si no conté fue porque eso hacen los verdaderos Gusis de Clínica. Somos discretos. También disfruto de mi tiempo libre, ahora hace meses que tomo los fines de semana para pasear en auto escuchando música y disfrutar el "week-end" en casa de una paciente a la que adoro y me adora. Ella dice que yo la curé... ¡pero creo que también exagera!

Y buéh... 18 años son muchos y la vejez no viene sola. Últimamente me vino una nana de esas que nos vienen cuando nos ponemos... mayores, que le dicen. Me cuidan como a un rey. Mejor que a un rey, porque a esos muchos no los quieren. ¡Pero ojo! Los reyes nc son tan independientes como a mí me gusta ser.

Una molestia en el cuello me sacó el apetito y desde entonces veo cada día más caras largas. Para darles el gusto como, pero la verdad, sin ganas. Se me fueron un poco las energías para caminar (aunque, al fin y al cabo, ya salí bastante). Igual, todos los días salgo a dar una vuelta (también para mostrarles que no estoy mal). Camino sólito porque no me gusta que me lleven alzado como si fuera un viejito.

No soy de quejarme. Los Gusis somos considera­dos y responsables. Ni siquiera hoy me quejé. Este fin de semana comenzó hermoso: con sol y calorcito. Un día ideal. A la tardecita me trajeron de mi paseo de fin de semana. ¡Cómo me pesan los años! Estaba un poco más molesto que de costumbre. Es que no me gusta depender de otros para ir y venir. Después de todo uno tiene su dignidad. Vinieron todos. Les di tiempo a que llegaran.

No puedo decir mis más.queridos por que no soy de hacer sentir mal a nadie. También vinieron dos compañeros de Mónica, mi veterinaria. Ellos y yo éramos los que más sabíamos de qué se trataba. Miré a los demás tranquilizándolos. No estaba sufriendo. Me dijeron "vamos a pasear". Hice como qué les creí. Me abrazaron. Me besaron. Lloraban. Yo no, estaba tranquilo. Sólo dolorido por ellos.

Creen que quedan solitos, pero yo estoy adentro de; cada uno para cuidarlos. Y prefiero queme recuerden como fui siempre. Bueno ¡basta de conversación! Es un pinchacito y" nada más. Ya está. Mañana es el día en el que comenzaré a estar más cerca que nunca, al lado de todos los que quise y me quisieron.

Hasta mañana. Hagan de cuenta que salí a pasear. Y al día siguiente también. Y así... de a poco... un día a la vez.

Hasta mañana, Gustavo

1 comentario:

Xelda45 dijo...

Que hermoso Guille!! Me emocionó y me acordé de la perrita de Adriana la Vete que tambien es un Gusi de clínica!